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Abuelas prostitutas, un fenómeno escandaloso

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Cuando uno piensa en una abuela, lo natural es que se le venga a la mente la figura entrañable de una señora mayor, tal vez algo encogido y de pelo cano. La visión que tenemos de las abuelas es, como ocurre con tantas otras cosas, un auténtico estereotipo del que no solemos salir, lleno de prejuicios, por otra parte. Hay mujeres jóvenes que son abuelas antes de cumplir los 50 años y desde luego, no están cerca de encajar en esa visión comentada al principio. Pero aun así, lo habitual es encontrarnos a esas abuelas en el cine y la televisión, las que cuidan de la familia con su tiempo y su sabiduría. Personas que, por su avanzada edad y por todo lo que han trabajado en su vida, encuentran más descanso en esa edad, sin muchas aventuras más allá de cuidar a los nietos. La realidad, sin embargo, es otra muy distinta.

Las abuelas que tocan algún instrumento o hacen deportes de riesgo se han convertido en auténticos memes virales en los últimos tiempos. Son algo que siempre nos llama la atención, y a la vez nos llena de ternura. Abuelas que hacen paracaidismo, o que siguen tocando con un grupo a sus 70 años. Mujeres que tal vez pegan más en un sillón mecedora cosiendo, pero en lugar de eso están más activas que muchos jóvenes con la mitad de edad que ellas. El hecho de que cada vez nos cuidemos más y tengamos una mejor salud nos permite llegar más activos a esos últimos años de nuestra vida, e incluso alargar esa parte de nuestra historia hasta pasar los 100 años. Por eso tampoco es tan sorprendente que hoy por hoy, las abuelas sigan dando mucho que hablar más allá de quedarse en casa y ayudar a la familia. Muchas mujeres han encontrado la liberación a esta edad avanzada. Otras, por pura necesidad, han tenido que emprender nuevas aventuras laborales. ¿Sabías que hay un montón de abuelas que deciden convertirse en prostitutas a edad? En este artículo vamos a hablar de este fenómeno que cada vez es más importante.

La prostitución como oficio

Si ya nos cuesta imaginar a una abuela tocando la guitarra en un escenario, la imagen de verla en una cama, ofreciendo sus servicios sexuales, es casi impensable. Y sin embargo, es mucho más habitual de lo que creemos. La prostitución se ha convertido en un oficio imprescindible para muchas mujeres, por decisión propia o como única alternativa en situaciones complejas. Por más que algunos países estén tratando de terminar con la prostitución, aboliendo los mismos derechos de estas trabajadoras sexuales, el oficio ha sobrevivido por milenios. Ha pasado por guerras, hambrunas y todo tipo de cataclismos para llegar hasta aquí, al margen de todo. Y es obvio que a estas alturas, las opciones de acabar con la prostitución son casi inexistentes. Se puede apartar de la vista pública, pero no terminar del todo con ella.

Mujeres de avanzada edad en burdeles

Prácticamente cualquier pueblo, cualquier localidad, tiene su propio burdel, o uno muy cercano que ofrece diversión a los pueblos aledaños. En algunos países estos locales están prohibidos, pero funcionan de manera encubierta, en sitios de masajes, salones de belleza o tabernas y pensiones. No es difícil localizarlos a poco que conozcamos la ciudad. Y en ellos también podemos encontrar todo tipo de escorts, incluyendo jovencitas, maduras y muy maduras. Las abuelas del sexo están teniendo cada vez más éxito como amantes profesionales, pro que ofrecen algo totalmente distinto al resto de escorts, algo que como veremos más tarde, los clientes adoran.

Está claro que no todas las abuelas sirven para ser prostitutas a edad avanzada. Las menos han empezado ya cuando eran mayores, y han tenido que aprender todo sobre este negocio para llegar lejos. Otras empezaron más jóvenes, lo dejaron y han vuelto, por temporadas, para poder sobrevivir. Y es que cuando llega el momento de la jubilación y la pensión no llega, estas mujeres se ven obligadas a hacer algo. En otras ocasiones, el propio sustento de su familia depende de ellas, así que no pueden quedarse con los brazos cruzados. A pesar de su educación más tradicional y conservadora, estas mujeres de avanzada edad luego suelen ser abiertas de mente en lo sexual. Algo que muchos pueden comprobar por sí mismos acudiendo a estos locales o buscando a estas profesionales a través de Internet.

Experiencia, cariño y mucho más

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Sea cual sea la razón, lo cierto es que en los últimos tiempos estamos viendo como cada vez son más las abuelas que deciden dedicarse al sexo profesional. Y lejos de lo que cualquiera podría pensar, tienen mucho éxito entre un público muy selecto. No solo hombres que puedan tener la misma edad que ellas o ser solo un poco más jóvenes, que también acuden a este tipo de servicios. También jovencitos y hombres algo más adultos que buscan una relación más afectiva y cariñosa, algo que solo las amantes experimentadas pueden ofrecer. Y desde luego, de experiencia estas abuelas van más que sobradas, gracias a todo el desempeño que han tenido tanto en su vida privada como laboral.

Está claro que quien busca a este tipo de escorts está deseando disfrutar de un placer diferente, seguramente más tranquilo y relajado. Si quieres algo más salvaje, con una chica de curvas perfectas y piel tersa, te pondrás en contacto con una jovencita. Las mujeres maduras tienen su piel marcado por los estragos de la edad. Pero eso no significa que no puedan ser tan buenas amantes como esas jovencitas, e incluso mejores, a la hora de implicarse con nosotros de esa manera tan especial en el sexo. Tienen experiencia y saben conectar muy bien a nivel afectivo con los clientes. Porque no todo es físico, aunque muchas veces pensemos así.

El caso de Hilda Breer

Si todo esto te parece demasiado loco y bizarro para ser real, solo nos queda mostrarte un caso que ha sorprendido a todos en Alemania y Argentina. Se trata de Hilde Breer, una cantante y actriz latina que triunfó en Argentina y Venezuela siendo muy popular en estos países. Luego fue estafada y tuvo que mudarse a Alemania para poder sobrevivir de lo que encontrara. Tanto es así que acabó en una línea erótica, y luego se unió a un burdel en la ciudad de Colonia, donde atendía a muchos hombres. La historia saltó a la luz cuando la mujer, con más de 80 años, logró ganar un reality musical en el país germano. Solo había sido prostituta durante unos meses, pero seguía conservando algunos clientes de aquella época, lo que da una buena imagen de sus buen hacer en los servicios.