Performance, el significado de esta interesante muestra artística

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Son rompedoras, vanguardistas, tratan de llevar el arte más allá de lo establecido, de lo común, para encontrar nuevas fuentes de inspiración y de cultura. Las performances se llevan realizando desde que el arte es arte, aunque es cierto que solo en las últimas décadas están recibiendo este nombre y están adscritas a ciertos movimientos sociales y culturales. Las hay de todo tipo, ya que combinan varios artes para ofrecer una visión normalmente muy personal del autor o creador, que se nutre de la danza, la mímica, la música o la actuación.

Las performances suelen ir acompañadas de polémica en no pocas ocasiones, porque se trata de un arte transgresor que quiere ir más allá de lo estipulado, y eso provoca sorpresa e incluso escándalo en muchos. Normalmente buscan causar un efecto, una emoción en aquel que la observa, como cualquier arte, pero en este caso todo se lleva un paso más allá y el llamar la atención es imprescindible. Es por eso que muchos siguen discutiendo si cualquier cosa que se haga con ese objetivo puede denominarse performance.

 

¿Dónde está el límite en una performance?

Habrá artistas que digan que una performance no debe tener límites. De hecho, en buena medida, estas interpretaciones son arte en movimiento, sin etiquetas, sin límites, saltándose las reglas y las normas para crear algo nuevo, a base de improvisación, por ejemplo. Toda performance debe tener al sujeto, y no al objeto, como el centro de la exposición artística. Se relaciona siempre con el arte conceptual, con una manera diferente de expresar emociones y sentimientos a través de la poesía, la música, la palabra recitada, pero sobre todo el baile, el movimiento y la actuación. Es un arte estético y conceptual, que está en constante cambio y suele abanderar las vanguardias, así que ponerle límites es bastante complicado.

 

Cómo suele recibir el público estas muestras artísticas

Hay público que ya está acostumbrado a este tipo de arte y sabe apreciarlo como lo que es, algo rompedor y transgresor, pero no para todos los públicos. La provocación es importante dentro de las performances, y eso provoca que muchos no entiendan el significado del concepto en el arte y el movimiento, y se queden solo en la superficie, en la chica semidesnuda que se mueva de forma extraña o en el tipo que lee una poesía rara en una situación que parece sacada de una película de David Lynch. Este tipo de performances, sin embargo, se suelen llevar a cabo en público, en grandes espacios donde cualquiera puede verlas, para obtener así mayor repercusión, aunque a veces también se llevan a galerías, museos y otros espacios artísticos como salas o teatros.

 

Algunas performance que pasarán a la historia

Desde que a principios de los años 60 algunos artistas británicos decidieran romper los esquemas de la actuación y realizar pequeñas obras que no tenían que ver con nada de lo anterior, y que normalmente ni siquiera tenían guión, sino que se basaban simplemente en conceptos, las performances han ido evolucionando siempre tratando de encontrar algo nuevo que realizar, liderando en ocasiones los movimientos vanguardistas y ofreciendo espacios artísticos a aquellas mentes creativas que no quieren quedarse solo recluidas en un mismo espacio, en una misma categoría. Hay algunas de estas performances que pasarán a la historia por su contenido y su importancia, realizadas por artistas de gran renombre. Veamos algunas de ellas.

 

‘Rhythm 0’ de Marina Abramovic

En 1974, la artista yugoslava Marina Abramovic, seguramente una de las artistas de performance más populares y atrevidas del mundo, realizó su más conocida obra, Rhythm 0, en la que se sentaba en una mesa de un estudio de Nápoles durante seis horas y permitía que cualquier persona de las que visitaban ese estudio le hiciese lo que quisiera con alguno de los elementos que había colocado previamente en la mesa, desde uvas y fruta hasta unas tijeras y una pistola cargada con  una bala.

 

Voice piece for soprano & Wish Tree’ de Yoko Ono.

La artista japonesa Yoko Ono, conocida principalmente por haber sido la última pareja del genial John Lennon, ha participado en numerosas performances, pero tal vez la más conocida sea la que realiza a través del canto en diversos museos internacionales. En su pieza para voz de soprano, la nipona simplemente se deja llevar y “canta” todo lo que se le ocurre, aunque más bien lo grita.

 

One Year’  Tehching Hsieg

A finales de los años 70, el artista Teching Hsieg quiso llevar su arte mucho más allá y convertirse el mismo en la obra, no solo de arte, sino también de estudio. Motu proprio, se encerró en una jaula de madera durante todo un año, en la que no podía hablar con nadie, ni tampoco escribir, ni leer, ni escuchar música o ver la televisión. La performance podía ser visitada en determinados momentos y le hizo muy célebre en todo el mundo.

 

El origen del mundo’ de Deborah de Robertis

El pintor francés Gustave Coubert realizó una de las obras más polémicas en su momento, llamada El Origen del mundo, en la que se mostraban los genitales femeninos casi en primer plano. El cuadro, expuesto en la galería del Museo Orsay, sirvió a la artista luxemburguesa Deborah de Robertis para para recrearlo directamente, mostrando su propio sexo a los visitantes del museo, durante unos minutos. La acción generó muchísima polémica.