Música 8 y 16 bits, cómo se componían estas canciones tan características

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Está claro que todo lo retro está de moda, especialmente si hablamos de los años 80. Parece que hay una auténtica nostalgia infinita para aquella época, que abarca desde la moda hasta el cine, pasando por supuesto por la música. Los niños de los 80 son ya cuarentones que tienen mucho poder adquisitivo y que están interesados en seguir recuperando todos los recuerdos de su juventud, desde la música que bailaban hasta los videojuegos que les mantenían pegados a las pantallas durante horas. Esos mismos videojuegos primigenios en 2D y con unos gráficos muy limitados, que hoy muchos piensan que se ven anticuados, pero que para otros siguen siendo toda una gozada.

Tal vez no tuvieran los mejores gráficos del mundo, pero su jugabilidad sí que era tremendamente interesante, sobre todo en la manera en la que los desarrolladores habían logrado divertir y entretener a legiones de chavales de la época con tantas limitaciones como ofrecían aquellas primeras consolas. Los gráficos llegaban donde llegaban, y había otro apartado muy especial que también se quedaba corto, a ojos de hoy en día, pero que en la época era una auténtica locura: la música. Basándose en melodías de 8 y 16 bitas, con sonidos monotímbricos, los compositores debían crear las bandas sonoras de los juegos que se han convertido en una verdadera referencia hoy en día.

Características de este tipo de música

La música de 8 y 16 bits nos trae automáticamente recuerdos de los 80 a la cabeza, incluso para los que no llegamos a vivir en aquella época. Hemos jugado a emuladores donde se utiliza este tipo de música, o hemos visto  los juegos que la producían en películas y series, tan de moda ahora con la nostalgia ochentera. La música de 8 y 16 bits se basaba en las limitaciones con las que contaban las máquinas de la época, en las que solo se podía utilizar un “instrumento” al menos al principio, y toda la música debía de ir en ese timbre. Posteriormente, la llegada de varios instrumentos virtuales y de los 16 bits dieron un poco de aire al estilo, permitiendo generar nuevas voces y con ella, una gran variedad de bandas sonoras increíbles.

 

Así se creaba está música en sus inicios

A principios de los años 80, con la llegada de las primeras consolas a las casas y los hogares, los compositores de estos juegos debían asumir las limitaciones de los 8 bits, de la misma forma que los desarrolladores gráficos estaban limitados a esa misma cantidad a la hora de crear el entorno gráfico y los personajes. Eso le daba un aspecto muy peculiar a los juegos, que hoy en día sigue encantando, especialmente a los que lo recuerdan como algo nostálgico de su infancia. La música de 8 bits era conocida como chiptune, y se creaba con sintetizadores, de una forma muy compleja, utilizando siempre una máquina virtual para tocar el tema, programando los sonidos y las bases de percusión con cajas de ritmos.

La llegada de los 16 bits permitió expandir un poco más el estilo gracias a que ya se podían utilizar diferentes voces. Esto trajo ya las primeras simulaciones de temas relativamente conocidos, componiéndolos con una forma muy básica de contrapunto, en el caso de los temas más “orquestales”, o como si de una banda de rock se tratara, con su bajo sintetizado como base, su melodía principal y melodía secundaria, y las cada vez más realistas cajas de ritmos para la base de percusión. Ese tono chiptune se ha mantenido incluso hasta hoy en día en algunos estilos musicales, que lo siguen utilizando como un punto de nostalgia brutal ochentera.

 

La música que dio vida a los primeros videojuegos

Es complicado olvidar algunas de las melodías más populares de los juegos de aquella época. La intro de Pacman, la canción de los niveles de Super Mario Bros o la tremendamente adictiva melodía que sonaba en Tetris han marcado una época, y la música de 8 y 16 bits ha quedado también emparentada de forma ineludible a la primera época de los videojuegos. De hecho, son muchos los videojuegos que utilizaban, durante la década de los 80 y principios de los 90, este tipo de música, tanto que los propios compositores fueron perfeccionando el estilo hasta alcanzar cotas que desde luego son dignas de mención por las limitaciones con las que contaban.

Las melodías de aquella primera época se han quedado marcadas en la mente de todos los jugadores que probaron aquellos juegos, porque el compositor, dadas las limitaciones, debía presentar una música pegadiza, intensa y divertida, que se quedara rápidamente. Hoy en día se siguen haciendo bandas sonoras impresionantes, grabándose incluso con orquestas reales, lo que le da a los juegos un tono mucho más épico, pero está claro que la música de videojuego de la que todo el mundo se acuerda es la de 8 y 16 bits, la música más antigua, pero también la más popular y pegadiza.

 

Zorman y Jaime Altozano nos proponen componer este tipo de música en su nuevo reto

Los youtubers Zorman y Jaime Altozano, conocidos por su pasión por la música, han decidido crear un reto en el que ellos mismos componían bandas sonoras para videojuegos en este formato, con la limitación de la música en 8 y 16 bits. El resultado fue tan interesante que decidieron pedir a sus seguidores que hicieran lo mismo, enviándoles canciones en este estilo para elegir las más espectaculares. Este tipo de retos, con gente joven como Altozano o Zorman, son la prueba de que la música en 8 bits sigue más viva que nunca, ya sea por la moda retro o por el reto que supone componer melodías pegadizas con las limitaciones que ofrece el estilo.